NUESTROS DATOS EN INTERNET

Ayer estuve un rato viendo Cuarto Milenio y me enganchó mucho el módulo que se refería al espionaje en Internet y del cual os dejo aquí el enlace.
Este tema del espionaje en Internet es tan moderno y de tan alta tecnología que a algunos no nos sorprende nada que se pueda llevar a cabo. Pero esto ya se hacía desde … desde, bueno pues desde siempre. Con otros medios, naturalmente. Más currados.
Existían (digo existían por situar al lector en época antigua) empresas que llamábamos de Informes cuya misión era recabar información de “todo tipo” sobre personas, asociaciones, grupos, entidades, etc. que interesaban a terceros por múltiples motivos.
Y se lo curraban. Buscaban en Registros Civiles, Colegios, Bancos, Registros de la Propiedad, Juzgados, Comunidades de Vecinos, Asociaciones de todo tipo, BOE, etc, etc, etc.
Y si les solicitaban la foto, también la conseguían. Como imagináis, a golpe de calcetín.
Estos informes, que además eran comentados por los redactores que daban una opinión del sujeto, se guardaban celosamente en los archivos de la Agencia de Informes, se entregaba una copia a la persona o entidad que había solicitado su confección a cambio de la correspondiente factura.
Dichos datos, se iban actualizando periódicamente (naturalmente dependiendo de la importancia del sujeto) y con el tiempo se tenía un “curriculum” estupendo.
Ahora es mucho más fácil. Pero también con más mala leche, porque no se escapa ni el apuntador. Hay especialistas con programas y medios inimaginables que se dedican en cuerpo y alma a estos temas. Financiados por los gobiernos (los que pueden, porque los otros gobiernos son los pringados). EEUU, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda cuentan con divisiones secretas especializadas en estos fines.
Y como todo es dinero y política –por este orden- no se dan palos de ciego.
Y para mayor inri, nosotros colaboramos generosamente (con fotos, con muchas fotos) a través de las redes sociales y demás instrumentos que la tecnología ha puesto en nuestras manos, a que se sepa de nosotros todo. Absolutamente todo.
De forma que no nos podemos sorprender de que con cualquiera se utilicen métodos que podríamos llamar post alterados, trampas de miel, operaciones de bandera falsa o manipulen nuestra atención para que otras “actividades” –digamos calientes- pasen inadvertidas. Y nos pillarán viendo el futbol. Como siempre.

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