EL SECRETO DEL ÉXITO

Creo que nos pasa a todos, al menos eso pienso, cuando llegamos a cierta edad (llegando a viejos) que hacemos muchos repasos a nuestra vida y de fe darán muchos amigos y conocidos porque no paramos de relatar nuestras vicisitudes a todo dios que se preste a ello. Una de estas tales no la he relatado nunca y hoy voy a ponerme a ello.

                En primer lugar quiero aleccionar a los más jóvenes casados para que aprendan dos breves frases que deben empezar a practicar: “Si cariño” y “Lo que tu quieras”. Sin ellas la relación de pareja puede que provoquen tensiones o morritos que pueden durar casi una semana, amén de los reproches constantes. Las practico bastante desde hace mucho, mucho tiempo y no me ha ido mal gracias a que mi pareja siempre ha estado dispuesta a enseñarme pacientemente, orientándome para no caer en estos errores que en múltiples ocasiones se pueden producir. Ejemplos:

-Cariño –dice ella-, ¿puedes venir un momento?

-¡Voy!- dices presto levantándote de tu sillón como si tuvieras un muelle entre el sillón y tu culo- ¿Qué quieres mi amor?

-Trae la escalera y descuélgame las cortinas-. Me dice con una radiante sonrisa.

Este es un ejemplo de otros muchos que se producen a diario y en los que se debe usar una de las frases mágicas (vale cualquiera de las dos porque son polivalentes). Así se desgranan los días del calendario con ocasiones parecidas a ésta. Y van cayendo los granos de los años y nos vamos, los hombres, educando debidamente. Ahora mismo se acaba de producir otro episodio que ha interrumpido mi relato:

-Nene (que soy yo), ayúdame a hacer la cama.

Si cariño voy para allá. Y el …’para allá’, se ha oído cuando ya estaba junto a la cama para proceder.

Para que se vea que bien educado estoy, pero que no se crea que no ha costado su tiempo. Luego como vas progresando en tu aprendizaje no hace falta que te pida ayuda, sino que, por ejemplo dice: “Tienes que ir al banco a sacar dinero, al paso compras 2 barras de pan y ya que estás en la calle, mira a ver si mi vestido ya está listo y cuando vuelvas pásate a comprar una bombilla que se ha fundido la de la lámpara. Y recoges mis zapatos que estarán listos,  si no, que los tenga para esta tarde que me hacen falta”. Y a todo ello responderás el consabido “Lo que tu quieras”.  

Otro día te encontrarás al salir del baño, la mopa apoyada en la pared; ya está dicho lo que ella quiere. Otro más, me encuentro con el plumero y la bayeta del polvo allí sobre una silla esperando la mano caritativa que los rescate de ese abandono. En estas situaciones no hace falta sugerir lo que ella pretende y yo he de hacer, sin rechistar, eso también. Por otro lado mencionaré que el adiestramiento no para nunca porque ayer, sin ir más lejos, consiguió enseñarme por fin como poner la lavadora. Me falta la secadora, pero no tardará en ponerme al día porque se aproxima el invierno. Ya se ve claramente como se preocupa por mí.

Me suelo levantar casi siempre –hay excepciones en la regla- 1 hora antes que ella, así que después del aseo personal, abro todas las ventanas de la casa por eso de la ventilación, operación que se lleva a cabo en todas las épocas del año. Luego preparo el desayuno de ambos y la tostada de ella, friego mi vaso y alguno más si quedó de los cafés de la noche anterior. Los seco y pongo en su sitio. Miro lo que hay que preparar para la comida (si se ha hablado la noche anterior) y me remango para la faena. Que no falte ingrediente alguno y si hay que hacer sofrito, a picar y proceder.

Después de cerradas las ventanas (ya ha pasado 1 hora) me meto en mi guarida –mi habitación exclusiva- enciendo a la vez el ordenador y el pitillo de la mañana. En este momento ella abre la puerta y me dice: “Buenos días cariño” al mismo tiempo que me besa cariñosamente. ¡Es que es un primor, como no la voy a querer!-¡¿Ya estás fumando?! Pues ya solo te quedan 2 cigarros para todo el día.

-¡Mujer, que hoy es San Serapión y quiero celebrarlo!

-¡Tu siempre tienes una excusa para fumarte un cigarrillo más. De eso nada!

Y es que me cuida como un ángel. Ya a la hora de comer preparo la mesa y la comida, elaborada por mí, está dispuesta para servir pero antes prepara o preparo el vermut y un ligero aperitivo. Posteriormente ella friega los cacharros utilizados y yo los voy secando y ordenando cada uno en su sitio. Llegada la hora de la cena, el proceso se repite de nuevo y se da por concluido el día laboral.

                Por todo lo dicho, queda claro que la colaboración mutua tiene resultados magníficos, y siempre teniendo en cuenta la utilización de las dos frases esenciales que no se pueden olvidar. Doy por concluido el relato porque me tengo que poner a hacer la cena.

En Requena a 11 de diciembre de 2023

PD: Aunque parezca esta cuchufleta una exageración, no lo es, porque aún se ha quedado corta como muchos sabrán. Es la vida real. Las otras son las que se hablan en los bares.

LIBROS: ESCRITO EN LAS OLAS

En alguna ocasión he comentado libros que había leído y que me había parecido oportuno traer por aquí, aunque no ha sido frecuente hacerlo, pero me ha parecido interesante iniciar este capítulo de comentarios para  recordar los que más me han gustado y, sobre todo, no olvidar sus títulos y su autor.

Los gustos de los lectores es tan variado que cada uno discurre por diferentes huertos; hay tantos estilos o tipos de novelas –los que lean novelas-, que cuesta trabajo decidirse por el libro que se quiere empezar. Por otro lado la inclinación por la lectura está ahora muy influenciada por la publicidad en televisión con sus recomendaciones de títulos que van apareciendo y, por si fuéramos pocos, ahora me ha dado a mí por hacer lo mismo, pero yo lo hago para mí mismo como ya he dicho.

Hoy comentaré una novela de Torcuato Luca de Tena titulada Escrito en las Olas, cuya primera edición apareció en 1983. La información del autor (que siempre recomendaré buscar por Internet) se encuentra pinchando en su nombre.  El argumento de dicha novela gira alrededor de la construcción del ferrocarril sobre el océano cuya obra se inició desde Key West (Cayo Hueso) y enlazó con la que partía desde Miami en Florida. Cita el libro a los ingenieros que tuvieron los arrestos de plantearse semejante obra y la historia y personajes se desenvuelve en torno a aquel hecho.

También es conveniente consultar los mapas de la zona de los cayos de Florida para poderse hacer una idea de por dónde circularon aquellos trenes de vapor de primeros del siglo XX. Por otro lado, he de significar que actualmente ya no existe tren por ese recorrido pero sí una autopista magnífica que hemos tenido ocasión de ver en alguna película cuyo título no puedo anotar porque mi memoria no me deja.

No quiero destripar nada de la novela porque merece la pena disfrutar de ella y su protagonista Germán Harguindey aprendiendo, al paso, algo de lo que no se ha hablado mucho o nada. Algún erudito supongo que tendrá conocimiento del Ferrocarril sobre el Océano de los Cayos de Florida.

Entre otras muchas, estas obras son algunas del autor: Los renglones torcidos de Dios, Embajador en el Infierno, La mujer de otro, por ejemplo. Y nada más que resaltar por el momento, pero si quiero desear a los osados lectores que les aproveche y siente bien a sus cerebros la lectura de esta novela.

Requena a 15 de octubre de 2023

ENTRE LAS PÁGINAS DE UN LIBRO

          Ocurre en algunas ocasiones que me encuentro entre las páginas de un libro –de los que adquiero de segunda mano- notas, entradas de cine, billetes de tren y en esta ocasión ha sido una foto tamaño carnet de un muchacho de unos 20 años. Lo empecé a leer el pasado lunes y es un tema bastante espeso (luego explicaré por qué es espeso) y llegado a la página 68 apareció la foto.

El libro se titula “Las atlántidas y del imperio romano” de D. José Ortega y Gasset, edición de 1976. Y es un libro espeso porque es un ensayo sobre la historia. Filosofía pura y dura. Y dado que la imaginación es irrefrenable y tendente a la divagación, pues a eso me pongo al objeto de situar en su historia al objeto y al sujeto.

Del objeto, el libro, es de una edición del 1976, está nuevo y sin señales de uso. Por el tema, imagino que quien lo comprara sería para consulta o por seguir algún curso de Filosofía. Hasta aquí me atrevo.

Del sujeto, el joven tan apañado, me parece un chaval de los años 70, cara de enamorado, con el cabello cuidado, largo al igual que las patillas, típicas de aquellos años. Jersey de cuello alto y cazadora con presilla.

Ahora viene cuando voy a pisar charcos: El libro, como he dicho, está en excelente uso e imagino que perteneció a una mujer que lo ha tratado como una joya. La foto, tamaño carné y en blanco y negro podría pertenecer a un muchacho que se encontraba en puertas de servicio militar y entrego a su amada para no ser olvidado (con el pelo largo) en el tiempo que anduviera cumpliendo con la patria. Ella nunca lo olvido y digo yo que hasta se llegaron a casar. ¡Toma ya! Por el tiempo transcurrido, ahora podríamos calcular que su edad –del chico- estaría entre 66 y 67 años (la edad de la ‘esposa’ no me atrevería a calcular pues me considero un caballero).

         Por todo lo expuesto –que ha sido imaginado por el que suscribe-, y con el deseo de poder encontrar a este señor (ahora ya señor) quiero rogar a todos mis contactos  compartan en sus biografías y confiemos poder encontrar.

En Valencia a 25 de sptbre. 2023

LA LIBRERÍA DE LOS LIBROS LIBRES

Está en Valencia, en el barrio de La Malvarrosa, y la descubrimos por internet buscando libros de segunda mano. Se trata de un local, calculo que no más de 40 m. atestado de libros por todas partes, que hace difícil moverse entre tantos volúmenes. Al frente de este negocio (¿negocio?) se encuentra Rafael, persona amable y de fácil acceso, dispuesto a hablarnos de sus libros con pasión,  explicándonos cómo funciona esta librería.

El día 17 fue el primer domingo que nos habíamos decidido a visitar este repleto almacén que nos sorprendió por lo abarrotado de libros por todos los sitios. Después de saludar a Rafael, como he dicho anteriormente, nos explica que estos libros no se venden, que mediante una inscripción de membresía por el módico precio de 11 € anuales, se pueden llevar los libros que interesen leer, sin condiciones de tiempo para devolverlos e incluso podérselos quedar si la persona así lo desea. También nos comenta que le llevemos todos aquellos libros que tengamos y que, por la circunstancia que fuera, pensemos deshacernos de ellos y nos recalca que nunca, nunca los desechemos en los contenedores del papel. Para nosotros esto siempre ha estado claro.

Pasamos algo más de una hora mirando libros (que no los tiene catalogados) buscando autores o títulos que no tuviéramos. Al final salimos con tres volúmenes anticipándole que no devolveríamos; le entregamos otros tres que ya teníamos repetidos. Durante  el rato que estuvimos en el local al menos entraron 3 personas para dejar libros; una de ellas con cinco cajas repletas y que según oímos contenían 134 volúmenes.

Hoy día 24, domingo, también hemos estado con Rafael, bueno, con él muy poco tiempo porque apenas lo tiene para atender a toda la gente que entra para llevarse libros o traer y al paso, como nos tenía comentado, para entregarle una relación de aquellos libros en los que estamos muy interesados por si los localizara y los reservara para nosotros avisándonos por teléfono.

Como anécdota quiero significar que estábamos buscando un libro en concreto y al comentarlo, Rafael nos ha indicado una torre de libros para que lo buscásemos: “Creo que ahí tiene que estar”, nos dice y efectivamente ahí estaba. Como nos ha sorprendido, he querido comprobar si su memoria es tan segura; doy una vuelta parándome en otro montón de libros y he mirado un título –El Heptamerón- e inmediatamente he ido a preguntar si lo tenía, y disculpándose con una clienta a la que estaba atendiendo, ha ido personalmente a traerlo sin dudar ni un segundo dónde se podría encontrar. ¡Increíble!

Así ha sido la mañana. Volvemos a casa con dos nuevos libros para nuestra colección.

Recomendable para que todos los lectores puedan leer y disfrutar de la gran variedad de libros. Y sin tiempo para devolverlos.

Valencia a 24 de septiembre de 2023

¿CUANTOS SON LOS PUNTOS CARDINALES?

Y después de la pregunta, nos levantaremos eufóricos gritando: ¡¡¡Cuatro!!! Porque esta pregunta nos la sabemos. Y sí, hemos acertado.

También se podría pensar que estoy haciendo una pregunta trampa y me quiero referir al libro de Javier Sánchez titulado El quinto punto cardinal, pero no es así. Quiero referirme a una cultura ancestral que en su historia cuenta con el quinto punto cardinal: China.

Como sabemos, los puntos cardinales sirven para orientarnos y apuntan al norte  (N), este (E), sur (S) y oeste (W), leídos en la dirección de las agujas del reloj. Como se ha mencionado, China tiene un Quinto punto cardinal que lo sitúa en el centro de estos cuatro citados y que denominan Bei (N), Dong (E), Nan (S), Xi (W) y Zhong (Centro).

¡Hala, vamos que nos vamos! ¿Hacia dónde? ——¡¡¡Pum, pállá!!!

COMO NO PODÍA SER DE OTRA MANERA

Tenía ganas de escribir sobre la coletilla del título, también llamada, ‘muletilla’, ya que se usan mucho en cualquier manifestación escrita o hablada, como asegurando o afirmando, tal que una sentencia; como si se dijera que “es así porque sí y punto”.

Pero sabemos, y así lo entiendo, que todo en el mundo es relativo y sí, podría ser de otra manera. Oímos afirmar o reafirmar con esta frasecilla por en medio, cosas que a los dos días (es un ejemplo temporal) ya no es así. Ahora ya es de otra forma; porque “no todo lo que reluce es oro” que dice el refrán.

Cambian los tiempos, las formas, los hechos y hasta la humanidad, lo que tenemos asumido por lógico; y el uso de fórmulas como la mentada, hechas con intención de sostener una cuestión y darla por irrefutable. Y si cuela, cuela, que ahí queda el axioma.

Ahora me voy a otra cosa, como no puede ser de otra manera.

EL MEÑIQUE, ESA ANTENA SIEMPRE ALERTA

Está plagado de polémica este pequeño dedo de las manos humanas concretamente, aunque existen también en otros animales, pero sólo hablaré de aquellos. El meñique es el dedo –como todos sabemos, espero- más pequeño en las manos y el quinto contando desde el pulgar (el regordete), y del que se habló bastante hace mucho tiempo –bueno, y ahora- por extenderse entre la gente de clase (me refiero a clase social, no a la clase de ir al cole) por apuntar al techo o al cielo, dependiendo de las circunstancias, con el meñique cuando se disponían a beber una copa, mirar con los prismáticos y otras necesidades del momento. Incluso para llevarse a la boca una delicatesen que, en muchas ocasiones, ponderaban acompañando al pequeño dedito con sus compañeros ‘anular y corazón’ desplegados a medias (no tan tiesos) figurando un abanico (de pocas varillas) desplegándose.

Hoy día esta moda no ha pasado de ídem, pero ya nadie –bueno, no tan tajante- sabe de dónde viene ni qué representaba; todavía lo podemos ver en todos los sitios y en muchas personas –independientemente del género- cuando, y principalmente, mueven el café con la cucharilla, toman la taza, la tostada, la galleta, una servilleta, etc. Ahí está el meñique, alerta, vigilante, atento como un suricato a la entrada de la madriguera. Algunos lo tildan de cursilería y la mayoría, creo, no hacemos ni caso, aunque  escribamos al respecto.

Personalmente me parece eso, una cursilería, pero comprendo que como  lo vemos tan a menudo, es tan popular, parece que lo lleváramos en los genes, lo mejor es ignorarlo. Aunque esta tarde yo me dedique a escribir sobre este acontecimiento. Pero si tuviera que dar un consejo para evitarlo sería este: Pegar el meñique al anular con ayuda o sin ella, es decir, como si hubiésemos nacido con esa deformidad o bien usar adhesivo de contacto o un trozo de esparadrapo para inmovilizarlo al anular. Si esto parece excesivo, entonces dedicarse a practicar en casa a no separar esos dedos. Y seguro que lo conseguiríamos. Digo yo, no lo sé.

En Requena, una tarde de inmenso calor de agosto de 2023

MI VECINO DE ABAJO

A Manuel García, el vecino de abajo, lo conocí en la puerta del edificio cuando él salía a dar un paseíto y yo me estaba fumando un cigarro. Después de los saludos protocolarios, cambiamos unas palabras sobre nuestras mutuas circunstancias familiares. Me comento que tenía 88 años pero que su memoria aún le acompañaba. Es natural de Elche de la Sierra (AB) y que su profesión fue “siempre  de albañil”;  y andando entre entrañables dimes y diretes, me ofreció obsequiarme con una emocionante poesía que le rogué, por favor, que iniciara cuando quisiese. Me explicó, antes de comenzar,  que se la aprendió cuando tendría unos 10 años de ciertos papeles que echaron por el pueblo y que, una vez aprendida, el papel no lo conservó. Así me lo cuenta Manuel:

En la estación de Alicante a un tren subió un militar

En un coche de 2ª que para su casa va

Al ir a coger asiento el joven queda mirando

A una señora muy guapa que lleva un niño en sus brazos

Le pregunta la señora. “¿De dónde es el militar?”

-Señora soy de Almadén, provincia de Ciudad Real.

La señora se conmueve y le dice con mucha gracia:

-¿Me quiere coger el niño mientras bajo a beber agua?

Se pasan cuatro estaciones y la señora no volvió

Y el militar con el niño, ¿Ahora qué voy a hacer yo?

Se queda mirando al niño y dice: -No viene tu madre.

Y ve que en la mano derecha lleva colgada una llave

Coge la mano al niño y abre la maleta de la señora

Y envueltos entre papeles llevaba diez mil pesetas

Y en los papeles decía: “Procuren al niño criarlo,

Y si no tienen dinero publíquenlo en los diarios”.

Al llegar a la estación, donde todos le esperaban

La madre se aproximó y la novia preguntaba:

-¿Y ese niño de quién es? Tu me tienes engañada.

Y de la estación al pueblo le explicó lo que pasaba,

Y como le dieron el niño y el dinero que llevaba.

Enseguida se casaron y se llevaron al niño

Que con biberón le criaron

Ya teniendo 20 años le metieron en un taller

Para que aprendiera de chofer que eran los deseos de él

Hasta que llegado un día fue llamado por la señora a su despacho

-Escucha mi atrevimiento y mira cómo te hablo,

Si tu te casas conmigo, como yo no tengo a nadie

Todo mi capital será para ti y tus padres.

Y el muchacho contesto con profundo sentimiento

-Ya que mis padres son pobres, su atención se la acepto.

Y quiero pagarles con algo aquello que hicieron por mí.

Dándose cuenta el chaval que llevaba los cordones sueltos de los zapatos

Agachándose para atárselos se le salió un medallón

Que del pecho lleva colgado

La señora se da cuenta y le pregunta:-¿Quién te ha dado ese medallón?

-No me lo ha dado nadie, que es de mi madre de mi alma

Que desde muchos años en el pecho lo llevaba

-¡Ay hijo de mi corazón, hijo de mis entrañas

Ven aquí y dame un abrazo que yo no fui mujer mala,

Que por eso dejé dinero para que a ti te criaran. Y

A los que a ti te criaron quiero pedirles perdón y

Darles las gracias por este grande favor!

Hombres, mujeres y niños y a todos en general

Si han comprendido lo que he dicho,

No lo dejen de comprar pues es un caso verdadero y sólo vale 1 peseta.

Tal como me ha sido contado y gravado, lo he pasado a papel sin modificar nada del texto. Haciendo algunas averiguaciones encontré la poesía en una web cuyo enlace por aquí dejo: Biblioteca virtual de Andalucía. También es posible encontrarla en vídeo versionada en romance. La versión original es un poema del que no he podido encontrar su autor, aunque puedo suponer que, antiguamente, cuando no había la facilidad de acceder a escritos, se repartían por la calle octavillas con cuentos o poemas y que su repartidor  o autor  se ganaban la vida cobrando poco dinero a la gente que aceptaba cogerlas. Así parece que Manuel accedió a esta poesía por encontrarla en la calle o haber tenido oportunidad de comprarla por el precio que él mismo comenta en el último párrafo; de todas formas, me asegura, hace más de 75 años que la pudo aprender. El mayor mérito está en aprender todo el texto y recordarlo después de tanto tiempo.  

En esta tarde tan emotiva, Manuel me ha recitado otras poesías que me han encantado pero ya no he traído aquí pues, aunque muy interesantes, no he querido alargar este post.

               Gracias Manuel por este obsequio que me hace.

               Valencia a 19 de abril de 2023

LA CANCELACIÓN Y LA MADRE QUE LA PARIÓ

Estamos viviendo tiempos convulsos, o mejor dicho, gilipolleces de tal envergadura que si aquellos que lo proponen y la borreguería que los sigue, volaran, el astro rey quedaría oculto tal que de eclipse magnífico se tratara. Si todo lo que indigna o molesta a esta caterva, y seguro que a otras que vayan apareciendo –porque esto se contagia como las epidemias- confirmaríamos definitivamente la extinción de la especie humana. Como si no hubiera cosas para “cancelar”. Lo último que he visto es la destrucción de discos de no sé qué cantante, por molestar a unos pocos; así acabaremos quemando libros como en otros tiempos de la historia y que no quiero ni recordar, aunque ya hemos empezado a ver como recortan frases para sustituirlas por otras que no molesten a los imbéciles esos; y de los cuentos infantiles, ¿qué? Tienen que eliminar los finales porque son ofensivos y cambiarlos por otros suavecitos. También tenemos la letra de la canción El emigrante interpretada por Juanito Valderrama y cuya letra decía: Tengo que hacerme un rosario, con tus dientes de marfil…Que mala  hostia que habría que tener. ¿Cómo quedaría la pobre muchacha? (A esto aún nadie ha dicho nada, pero ya verás). El David de Miguel Ángel, objeto de enfado de alguien y que ha provocado el despido de la profesora que llevó a sus alumnos a ver esta obra. Las razones, ni explicarlas hace falta, pero como les dejen un martillo y un cincel a los inútiles aquellos, nos dejan el David castrado. Pa mear y no echar gota.

Ya puestos, con los perritos también habría que hacer algo, ¿no? Y no digo qué, pero al menos unos calzoncillos –perrunos, eso sí- deberían ponerles, porque las criaturas ladradoras (los perros, los perros) no tienen conocimiento ni saben que puede haber gente que se escandalice por ir enseñando “los hermanos y el palito”. Las Tres Gracias de Rubens están necesitadas de tela, a ver como se hace; al igual que la Maja Desnuda de Goya, que la pobre puede escandalizar ‘muchismo’. Otro podría ser el Saturno devorando a su hijo, también de Goya, que podría producir traumas a ciertos espíritus sensibles. Y esto puede ser interminable si nos ponemos a enumerar –yo no tengo tiempo ni ganas de hacerlo-, pero sí quiero recomendar a aquella tropa que si les molesta el arte y el conocimiento, deberían quedarse en casa con un saco en la cabeza, no ocurriera que al mirar hacia algún sitio pudieran observar a una mamá dando de mamar en la calle a su pequeña criatura. Como recomendación para la panda ésta de la tijera, recomendaría que si no quieren ver, que no miren; si no quieren oír, que se tapen los oídos; si no quieren saber, que no estudien ni lean. Pero que dejen seguir la vida y respeten la cultura y sus manifestaciones. Los escritos de todo tipo e incluso los cuentos infantiles están hechos dentro de un contexto social, cultural e histórico, que ya no se puede cambiar; sólo comprender, aceptar, y explicar a quienes corresponda. iQue nos dejen en paz, ¡coño! ¡Qué horror! ¡Ahí va lo que ha dicho! Pero, ¿qué me estás contando Pepe? Pues sí, te lo digo y te cuento el cuento de “María Sarmiento que se fue a cagar y se la llevó el viento”. Es que en aquellos tiempos no tenían retretes en la casa y había que salir al campo, detrás de una cepa, a cagar y mear.

En resumen –que ya se me está soltando la lengua-, que esto no tiene remedio y a esa gente no se la lleva el viento -¡lástima!- alejándose dando vueltas como un salicor.

                                                                                                                                      Las Flores as 2 de abril de 2023

HISTORIAS PARA NO DORMIR

De los fantasmas,  ¿qué puedo decir? Son como dios, casi todos cree en ellos aunque ninguno los ha visto. Pero aun así todos tienen sus miedos, respeto o simplemente precaución; miedo a los fantasmas y evitar andar por parajes solitarios, casas encantadas (y sin encantar), carreteras solitarias  con leyendas de apariciones, ruidos, fenómenos inexplicables, etc. Pero por no seguir con este rollete, me quedo aquí en lo más próximo pues tiene su mandanga. Me voy a referir al miedo en la propia casa, que también tiene su aquel y como de lo que más sé es de la mía, ahí va el cuento.

 Y lo cuento como lo experimento –no el miedo, sino las circunstancias- no sólo en casa porque esto ocurre en cualquier sitio en los que pernoctemos M.A. (esposa) y yo. En Valencia, en casa, el que suscribe, siempre duerme en el lado derecho de la cama por estar más próximo a la puerta del tálamo, siempre y cuando no haya niños pequeñitos durmiendo en la habitación anexa, en cuyo caso es ella la que duerme en el lado de la cama junto a la puerta. No es necesario explicar el por qué de este cambio. Si nos vamos a Requena, como cambia la orientación de la cama, ¡rediez! paso a dormir en el izquierdo. Estos cambios se establecieron al poco de contraer matrimonio, por lo que ya son de obligado cumplimiento.

Creo que es general que de noche haya ruidos en las casas; ruidos inesperados como los crujidos de muebles, puertas, persianas o incluso provenientes de vecinos, lo que puede ocasionar sobresaltos en los durmientes. Cuando esto ha sucedido, yo con mi puntito de recochineo, siempre hago algún comentario tal que: ¡Vaya con el fantasma, a ver si se está quieto de una vez! Lo que provoca que mi X se agarre con desesperación a mi brazo. En caso de que yo no me entere del ruidito imprevisto, ella me despierta para alertarme de tal circunstancia, en cuyo caso debo de regañar al fantasma por ser tan poco considerado.

Me gustaría preguntar si esto ocurre en todas la parejas y cual de ambos duerme junto a la puerta, principalmente si no hay niñitos en casa, porque no creo que el mío sea un caso excepcional (de puerta para adentro) de una historia para no dormir.

            Las Flores a 28 de marzo de 2023

PD: M.A. = X = esposa, pareja o lo que fuere.